domingo, 24 de junio de 2012

LA DECLAMACIÓN



La declamación  es una forma de la expresión artística; forma elevada y bella. Es el arte que consiste en la representación de la poesía mediante el lenguaje vivo. Recitar la prosa o verso con la entonación, ademanes y gesto convenientes.


El declamador  es un artista de la palabra: capta la esencia de la poesía y la expresa con belleza. Para lograrlo usa una voz limpia, una dicción clara y un gesto adecuado. Sobre todo pone el acento de su sensibilidad. La declamación nos convierte en intérpretes de la poesía.


Un buen declamador debe considerar lo siguiente:


Procesos en la declamación

a. Dicción
La dicción se refiere a la manera de pronunciar palabras o construcciones. En declamación necesitamos  lograr la claridad articulada en la dicción; a través de una pronunciación correcta, acentuación con elegancia y un fraseo coherente respetando las pausas del escrito.

b. Gestos
Consiste en el movimiento del rostro o de las manos con que se expresan diversos estados de ánimo. A veces, un gesto vale más que una palabra. El declamador debe emplear con acierto los ademanes. Debemos entender que se declama fundamentalmente con la palabra que transmite ideas, no se declama con las manos.


 c. Movimiento
Cuando un declamador se mueve como león enjaulado en el escenario o, por el contrario, se queda como fijo al estrado, adopta alguno de los extremos incorrectos en lo que a movimiento se refiere; los pasos deben apoyar a la palabra, pero nunca dominarla.

d. Naturalidad
La naturalidad refiere a la concordancia de los movimientos con el conjunto integral, físico, temperamental y conceptual del declamador. 

e. Flexibilidad
La capacidad de variar el tono, la intensidad, el alcance, la velocidad, la entonación y las pausas se llama flexibilidad, muy importante para darle a la Declamación una fisonomía atrayente. Una voz monótona, siempre igual, que no se modifica a lo largo de una disertación, fastidia la atención del público y provoca el desinterés.

f. Pausas
Consiste en la breve interrupción del tiempo en un poema. Existen algunos signos principales en nuestras declamaciones con diferentes tiempos de pausa: La coma, que vale un tiempo. Cada vez que se encuentre una coma, pensará en la palabra “uno” y aprovechará para respirar durante ese tiempo. Cuando se encuentre punto y coma pensará “uno, dos”.

Ejemplo:
Practiquemos lo anteriormente descrito con el siguiente texto:
La Oratoria es un hombre fuerte y la Declamación es una mujer muy bella. (uno, dos, tres) Ciertamente, (uno) no podemos decir que una sea más que la otra, (uno) ambas son arte excelso. (uno, dos, tres) Pero a mí, (uno) ningún hombre me ha parecido bello; (uno, dos) en cambio, (uno) existen mujeres sumamente hermosas y de una gran fuerza en todos sentidos: (uno, dos, tres) Mi esposa es una de ellas.

LA VOZ
La voz representa el apoyo más firme al declamador, si se posee las virtudes que le favorecen; de lo contrario, habrá que corregir los defectos de la misma, en la medida de lo posible. Por ello si quieres ser atrayente al declamar, tu voz debe ser flexible 

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